La pasada Semana Santa estuvimos disfrutando de unos cuantos días en Alicante. Durante nuestra visita, decidimos ascender hasta el Castillo de Santa Bárbara para tener una perspectiva diferente de la ciudad, esta vez desde las alturas. Hoy te hablamos sobre el castillo y te mostramos unas cuantas instantáneas de las vistas antes de que descubras el lugar por ti mismo.
¿Cómo llegar?
El castillo se encuentra en el centro de Alicante, y se puede acceder hasta él de diferentes formas. Si te gusta caminar, puedes subir andando, ya sea a través de las murallas desde la C/ Teniente Daoiz, a través del parque de la Ereta o de la C/ Vázquez de Mella. Es también posible coger un ascensor en la avenida Jovellanos, frente a la playa del Postiguet. Cuesta 2,70€/persona (a excepción de niños menores de cinco años y jubilados, que pueden subir gratis). He aquí el horario de los ascensores.
- General de 10:00 a 20:00 h.
- Último ascensor subida: 19:20 h.
- Último ascensor bajada: 19:40 h.
- Julio y agosto de 10 a 24 horas. Gratuito desde las 19.45 horas. Ultima bajada 23.30 horas.
El Turibus, autobús turístico de la ciudad, te llevará hasta allí sin problemas. Por último, si lo prefieres también puedes llevar tu propio coche. Hay unas cuantas plazas en el recinto del castillo para dejar vehículos, aunque si es una hora muy concurrida quizá te sea difícil dejarlo bien aparcado.
El monumento
El Castillo de Santa Bárbara está situado en el monte Benacantil, emplazamiento a 166 metros de altura que resulta ideal para divisar la bahía alicantina. Debido a que se encontraba a considerable altitud, gozaba de un gran valor estratégico en el pasado. Los orígenes de la fortaleza se remontan a finales del siglo IX, época de dominación musulmana. Recibe su nombre de la festividad de Santa Bárbara, ya que el 4 de diciembre de 1248 el futuro Alfonso X el Sabio les arrebató la fortaleza a los árabes.
El castillo se divide en tres recintos. «La torreta» es el más alto, y en él se halla la Torre del homenaje. El recinto intermedio fue concluido en 1580 y alberga las dependencias más importantes. Finalmente, el recinto inferior data del siglo XVIII, donde se encuentra la zona de aparcamiento. El castillo fue abierto al público en 1963 tras estar abandonado. Es, sin duda, un lugar con mucha historia que merece la pena visitar.
Esperamos que te guste y te animes a pasarte por allí. ¡Hasta la próxima! 🙂
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